Ysabell Murga
Vamos a buscar un lugar apartado de la empresa, encerrarnos quizás en tu oficina compartida, la que tienes sola porque eres el único que a las tres de la tarde está en su puesto de trabajo…
No sé, es una extraña tribu donde hay más caciques que indios..
Sí sé que no sueles romper las reglas pero hay que darse un gustito de vez en cuando en soledad, para que te llamen egoísta esta vez con razón.
En todos los trabajos en general están prohibidas las mismas cosas una de las comunes es no embriagarse…
Está bien, te prometo que hoy no se van a dar cuenta. Además ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Que te liberen de la esclavitud de trabajar 8 o 10 horas diarias para dos o tres días al mes tener una comida decente? y empezar el ciclo nuevamente. ¿que caigas en desesperación para luego darte cuenta que con ese tiempo invertido en el lugar correcto con las personas correctas puedes tener no solo días sino años futuros de vida digna? Pero tienes miedo de romper las reglas…
De tomar un espacio para ti porque la empresa al fin y al cabo, logró su cometido, anular tu individualidad, quebrar tus sueños, robarte el disfrute de la vida, matar tu proactividad y convertirte en una marioneta que debe obedecer pero no puede tener ideas, que debe ser eficiente pero no más que el idiota de tu jefe, que debes verte bien pero no más que el cacique más próximo…
¡Qué molesto te has vuelto! Todo asustado estúpidamente, aparte, ¿cuántos heladitos de ron con pasas necesitarías para embriagarse en la oficina? No no te van a oler…
Cien helados no me caben en la cartera, y si llega tu supervisor le damos heladito… Es cierto no compartiremos con ese mama… Sí ya, ya, las groserías también están prohibidas… ¡Naguara! ¿Viste? Se derritió por estar peleando contigo, ahora sí tocará bebérselo, cuidado y te atragantas con las pasas…
¡Salud por cumplir las reglas!


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